La terapia de ondas de choque comenzó en los años 80 como un tratamiento para los cálculos renales y con el avance de la tecnología se descubrió sus beneficios en otros campos, como en la medicina estética en donde se utiliza para curar lesiones musculares hasta en la salud sexual, en donde es usada para tratar disfunciones sexuales como la disfunción eréctil o la enfermedad de Peyronie.
Cada uno de estas patologías se trata con diferentes tipos de ondas de choque, en este artículo indagaremos más sobre ellas.
¿Qué tipos ondas de choque hay?
Existen dos diferentes tipos de ondas de choque, existen las “focalizadas” y las “radiales”. Cada uno se usa para tratamientos específicos ya que, debido a sus características, una es más efectiva que la otra dependiendo de la patología tratada.
- Ondas de choque focalizadas: Se extienden de forma lineal, es decir, que se enfocan en un área de acción determinada. Son producidas por inducción electromagnética, energía que crea una fuerza eléctrica, que genera ondas, las cuales se dispersan bajo presión hasta que penetran profundamente en el tejido produciendo efecto a nivel celular.
Se pueden obtener mediante un mecanismo electrohidráulico o mediante piezoelectricidad. De ambas maneras, la electricidad forma parte del proceso.
Existe la posibilidad de que el paciente perciba algunas molestias mientras recibe el tratamiento, las cuales dependerán de la intensidad que use, la cual ronda entre los 100 y los 1000 bares. Esta incomodidad disminuirá a medida que este avanza. El tratamiento no es incapacitante, por lo que, el paciente no requiere de largos periodos de descanso o de ejercicios específicos y cualquier molestia desaparecerá rápidamente haciendo que los pacientes puedan continuar sus vidas normales después de las sesiones del tratamiento.
- Ondas de choque radiales: Las ondas de choque radiales aparecieron en 1999. Se producen utilizando medios neumáticos como el aire comprimido, este tipo de ondas se usa para cubrir áreas más grandes, en donde se busca reactivas la creación de tejidos y mejorar la circulación sanguínea. La regeneración vascular es una de las funciones más exitosas e este tipo de ondas. La fuerza utilizada no supera los 10 bares, por lo que su aplicación no es invasiva, es apenas perceptible y no produce molestas. Después de la aplicación no hay restricciones, por lo que el paciente puede continuar con su vida normal al abandonar la consulta.